lunes, 30 de junio de 2014

Andrés Calamaro, "El ritmo del lunes"


De noche recién empieza/ la furia que te atraviesa

“Tiene que ser un disco quíntuple, porque así Dylan se va a enterar”. Eso me dijo Andrés en las tantas notas que hicimos mientras no dejaba de grabar lo que luego terminaría siendo Honestidad brutal. Porque aunque había arrancado grabando dieciséis temas y un cover en un fin de semana, y ahí parecía que ya estaba su disco, después siguió grabando. Y grabando. Y grabando. Tenía una caja de cartón en el living donde se juntaban los compacts con temas y versiones de temas. Si caías en su hogar y te quedabas lo suficiente, después de escuchar algunas pilas de compacts, terminabas arriba en Camboya Profundo, en el cuartito del entrepiso, rebuscando en los cancioneros hasta encontrar una versión para grabar, o viéndolo escribir alguna letra en sus grandes cuadernos espiralados, con la velocidad de alguien que está recibiendo un dictado. Lo del disco quíntuple parecía entonces una broma, una exageración. Me lo aceptó el propio Andrés, entre risas, después de la salida del doble: “Cuando dije que tenía que ser quíntuple estaba loco, pero era un loco trabajando”. Cuenta la leyenda que cuando Dylan vino a tocar con los Stones, Andrés –que ese mismo fin de semana dio unos shows consagratorios en el luna—se hospedó con Mónica en el mismo hotel y cuando Bob se fue consiguieron meterse en su habitación antes de que la limpiaran. Y ahí vieron olvidado el Honestidad brutal que le habían regalado. Dylan no se lo había llevado. No sé quién me habrá contado la anécdota, no sé si será verdad, pero recuerdo que la vez que le saqué el tema a Andrés no lo negó, pero subrayó orgullosamente el recuerdo de Dylan saludándolo después de verlo tocar desde el costado del escenario cuando consiguió telonearlo durante sus shows en España. Y que esa vez sí se llevó el Honestidad. Pero tal vez porque un doble no alcanzó la primera vez fue que el loco siguió trabajando, y el quíntuple se hizo realidad. Vaya uno a saber. Recuerdo que fue un disco que, en su momento, fue mirado de costado por todos los que no fuesen calamarófilos. Era el año de Bocanada y su pulcritud, no de la honestidad brutal. La crítica por la rima fácil –eterna acusación contra Calamaro desde las épocas de los Abuelos—alcanzó su cenit por Te quiero igual y el florero gracias a las hábiles burlas de los responsables de La García, que luego encontrarían un mejor lugar en Barcelona. El mundo del rock le dio la espalda a Andrés, pero fueron las chicas, en aquel Luna repleto, las que parecieron redescubrirlo. Cuando esa noche escuché el coro de voces femeninas cantando viejos temas que nunca tuvieron difusión alguna, y que ciertos periodistas veníamos cantando casi en secreto desde hace años, pensé que había algo parecido a la justicia. Con el tiempo, Honestidad se convirtió en un clásico, y aunque está escondido casi al final del segundo disco, este temazo compuesto junto a Moris –al menos, la letra está firmada por ambos—sigue siendo uno de mis preferidos. El ritmo del lunes, obviamente, suena perfecto en este lunes de frío y sol, como parecen ser todos los días de este invierno, pero también lo hace casi al comienzo del Lado A del último Música Cretina, pasen y escuchen. Pueyrredón y Santa Fe/ ¿por qué vereda camina usted? Salve Andrés, los honestos y brutales de la primera hora te saludamos. Aunque nunca sabremos ser, realmente, ni honestos ni brutales.  

domingo, 29 de junio de 2014

Jack White, "Three women"


Ella dice que ama a su Papi/ pero sólo cuando tiene cuentas para pagar

Un domingo de sol y frío como este se merece un blues infernal como el que abre el nuevo disco de Jack White. El flamante sucesor de Blunderbluss se llama Lazaretto, que según wikipedia es el nombre de una estación donde realizar cuarentenas. Después de su disco de separación, ya que eso fue su debut como solista, "Lazaretto" es el disco que más tiempo tardó en grabar White, un artista que siempre hizo las cosas rápido, y que incluso hace poco se esforzó por romper el récord de rapidez en grabar, prensar y editar un disco. Todo el tiempo pasado, confesó, le hizo más difícil completar las letras de las canción, una cuarentena de la que logró salir gracias a la ayuda de... ¡su yo adolescente! No, Jack no viajó en el tiempo, sino que encontró un viejo cuaderno con cuentos de los que no se acordaba, escritos a los quince o dieciséis años, en los que se basó para terminar de escribir sus nuevas canciones. Vaya uno a saber si es o no verdad, pero no hay forma de resistirse a semejante historia. Como no hay quien se resista a este temazo, reversión de un viejo blues de Blind Willie McTell, un detalle señalado incluso en la autoría del tema. Algo también irresistible: componer un tema junto a McTell. Y sin viajes en el tiempo. Tengo tres mujeres/ pelirroja, rubia y morocha, canta White, y con su nombre ya tenemos poker de colores. Suficientes para ganar cualquier mano de este mediodía mundial de un domingo invernal. Y también para cerrar lujosamente el Lado A de un Música Cretina que ya comienza a retirarse, pero todavía tiene temas que dejar sonar.

viernes, 27 de junio de 2014

Música Cretina 2014 #12

ESTO NO ES UN PROGRAMA

22-6-2014

Lado A

“Me voy a sentar en un bar/ a ver la gente pasar”

1.- Meshell Ndgeocello, Tom
2.- Andrés Calamaro, El ritmo del lunes
3.- Miossec, On vient a peine de commencer
4.- The Afghan Whigs, Algiers
5.- Fito Páez, Nada mas preciado
6.- YG c/Drake, Who do you love?
7.- Jack White, Three women

Lado B

“El cielo es un lugar/ donde nunca pasa nada”

8.- Clem Snide, Ice cube
9.- Julio De La Rosa, Tan amigos
10.- Jimmy Scott, Heaven (Talking Heads)
11.- Eels, Series of misunderstandings
12.- Ratones Paranoicos, Sucio gas
13.- Charlotte Gainsbourg, Dandelion
14.- Dave Alvin & Phil Alvin, Just a dream (Big Bill Broonzy)

jueves, 26 de junio de 2014

Fito Páez, "Nada mas preciado"


Tu amor es un karma/ es parte de la red/ pero me hace bien

Hace poco estaba en una fiesta de aniversario y, como sucede últimamente en las fiestas, la única música para bailar parecía ser la cumbia y el reggaetón. El evento se realizaba en un bar cerrado para tal fin, y había un par de televisores colgando de las paredes, que no estaban sincronizados con la música general sino que sintonizaban un par de canales de cable. Sin sonido, claro. Uno de ellos era musical, y lo que se veía era un especial de Ciudad de Pobres Corazones. Pasaban el clásico video largo, tema por tema, y me quedé mirando las imágenes, recordando la música, como una suerte de antídoto contra mi falta de sintonía con la única música posible en el lugar. Pero lo que me sorprendió es que, de pronto, noté que éramos muchos los que estábamos haciendo lo mismo, acodados en la barra. Fito no es hoy pasaporte para nada, supongo que hay mucha gente –a la que le gusta el rock nacional—que no lo defendería en un juicio. Pero aquella época parece ser unánime, y especialmente ese disco. En mi caso, considero que Fito es mi contemporáneo, ya que viví al mismo tiempo cada una de sus transformaciones, o mejor dicho evoluciones. Me politicé con él al final de la dictadura, abrí mis orejas más allá de los límites del rock con Giros, descreí de la primavera democrática con su Ciudad, recuperé el rock por el rock mismo en Ey!, disfruté de su gol sobre el minuto 90 de Tercer Mundo, y hasta celebré su vuelta olímpica con El amor. Después, claro, la cosa se complica. Pero como me lo demostró aquella fiesta de cumbia obligada, Ciudad tiene el peso –o conserva el resto-- de un hito generacional. Ahí estábamos todos, con la vista fija en una pantalla muda, moviendo los labios con Fito, escapándonos de lo que nos rodeaba, musicalizando nuestra fiesta. ¿Hay algo mas post-punk que eso? Por eso me gusta buscar excusas para volver a escuchar cualquier tema de ese disco, por eso lo dejo sonar en el sol invernal de este mediodía de jueves mundialista en que mis amigos uruguayos están tan pero tan dark, por eso es que brilla orgullosamente al medio del Lado A del Música Cretina de esta semana. La verdad es que no me importa/ sólo trato de hacerlo bien. Amén.

miércoles, 25 de junio de 2014

Dave Alvin & Phil Alvin, "Just a dream" (Big Bill Broonzy)


Soñé que tenía un millón de dólares/ y una sirena por esposa

Una de las mejores escenas de ese monumento de película que es Calles de Fuego es cuando el héroe entra por primera vez en la guarida de los malos. Su chica ha sido raptada, y él decide ir al barrio más peligroso de la ciudad a rescatarla. Cuando entra en el bar que les sirve de base de operaciones, una suerte de salón del oeste aggiornado a tiempos urbanos, hay una banda de rock que está sonando, y una chica andrógina y semi desnuda bailando sobre la barra. Nunca me voy a olvidar de esa imagen, que debo haber visto por primera vez en Hebraica o en la Lugones, la primera vez que vi la obra maestra de Walter Hill. Cada vez que volví a verla –fueron varias—me preparaba no perderme nada de ese breve momento en que el héroe entra en el bar y sube por las escaleras, al rescate. Mi fantasía adolescente de lector de Las Páginas de Gloria era que los shows de los Redondos en su época de banda de pub tenían que ser así. Supongo que el Indio o Skay debían pensar lo mismo, los imagino fanáticos también del cine de Hill. Con el tiempo me enteré que la chica que baila sobre la barra era la que realmente bailaba en Flashdance, y que la banda que la rompe tocando en el bar eran nada menos que los Blasters. Una de las bandas fundamentales del punk de Los Angeles, la banda de los hermanos Dave y Phil Alvin eran unos rockers tradicionalistas electrificados y crudos, y en aquellos tiempos en que el rock estaba tan lleno de sintetizadores y raros peinados nuevos estaban casi solos en el desierto pero eran como una bocanada de aire fresco, casi la patente definición del punk: agua sucia que sale de una canilla que estuvo cerrada mucho tiempo. Me entero por las notas que celebran la reunión de los hermanos para este nuevo disco que el grupo apenas duró siete años, el tiempo que los Alvin se bancaron juntos. Dave se fue del grupo para sumarse a X --otra leyenda de la escena punk angelina-- como guitarrista, y después siguió una carrera solista. El saxofonista de los Blasters, Steve Berlin, pasó a formar parte de Los Lobos. Phil sacó un disco solista, pero después se hizo... ¡matemático! Hubo apenas una reunión en el 2002, y después Phil siguió al frente ocasionalmente de lo que quedó de la banda. Pero este Common Ground, disco en homenaje del legendario blusero eléctrico Big Bill Broonzy, es un acontecimiento, el primer disco juntos de los hermanos en casi treinta años. Es un viaje en el tiempo escuchar otra vez el vozarrón de Phil (y su armónica), y ese grueso sonido de guitarra de Dave. Los escucho y me siento otra vez entrando al bar mas peligroso de la ciudad, buscando la escalera para subir a rescatar a la chica. “Hemos discutido sobre muchas cosas, pero nunca por Big Bill Broonzy”, explicaron los Alvin, que suenan en este miércoles mundialista en el que, claramente, si los hermanos se pelean se los devoran los de afuera. Y no hay nada mas arafue que Nigeria, ¿no es cierto? Ah, y ya es tiempo de soñar de una vez, el millón de dolares, la sirena y también un buen partido de futbol, por favor. Ah, y entre sueño y sueño, también es un tema cierra gloriosamente el Música Cretina de esta semana, que aún tiene mucho para dar.

martes, 24 de junio de 2014

Jimmy Scott, "Heaven" (Talking Heads)


Cuando este beso termine/ Va a empezar otra vez

Desde que hace unos días me enteré de la muerte de ese extraordinario cantante de jazz llamado Jimmy Scott, tenía reservado este tema para incluirlo en un Música Cretina, y por fin el de esta semana lo luce orgullosamente en su Lado B. Celebrado por Ray Charles, admirado por Nick Cave y colaborador de Lou Reed, Jimmy Scott murió en Las Vegas dos semanas atrás, tenía 88 años. Antes de su nombre durante mucho tiempo se antepuso el Little, o sea Pequeño, porque Jimmy era un tipo chiquitito, con una extraña voz aguda, de contralto. Leo en una completa necrológica publicada en el diario El País de España, que Scott sufría una extraña enfermedad llamada Síndrome de Kallmann, por la que su crecimiento hormonal se detuvo antes de la pubertad, dejándolo atrapado de por vida en el cuerpo de un niño. Y con la voz, justamente, de un niño antes de la llegada de la adolescencia, de allí esa cualidad angelical --y casi fantasmagórica-- de su canto. Aquel “véanlos antes de que crezcan”, la humorada de los Les Luthiers sobre los niños cantores, nunca tuvo sentido con Jimmy. Para los que reprodujeron el cable en la prensa local, Scott era sólo el cantante de Twin Peaks –la inclusión de uno de sus temas en su banda de sonido fue parte de su redescubrimiento durante los 90--, pero todos tenemos nuestros reduccionismos. Para mí siempre será, antes que nada, el cantante de esta hermosísima versión de Heaven, de los Talking Heads, en la que desaparece toda posible ironía con la que podía estar cargada la versión original, y se transforma en una canción etérea, profundamente melancólica.
Cuando me enteré de su muerte, recordé su visita al programa Lo que más me gusta hacer, que hicimos durante un año todos los mediodías con Martín Rea en FM Supernova. Debe de haber venido a Buenos Aires para realizar un concierto, pero no tengo idea ni dónde fue ni qué tal estuvo. La entrevista fue muy amable, lo acompañaba su mujer, y recuerdo que ya entonces –tenía más de 70 años-- era una persona muy frágil. Aunque debió haberlo sido toda la vida, no importa la edad que tuviese. Después de nuestro programa venía el del Ruso Verea, y mientras acompañábamos a Scott a la salida de la radio, al pasar el Ruso –generalmente lacónico—no pudo evitar largar un “Jimmy Scott, qué grande”. Uno de los tesoros de mi discoteca es su disco Heaven, grabado en el 96, que incluye particulares versiones de Bob Dylan y Curtis Mayfield, además de la que bautiza el álbum. Al abrir el librillo para escribir estas líneas, apareció algo que no recordaba que estuviera ahí, una dedicatoria de puño y letra de Scott, que evidentemente me hizo durante la nota. Con letra cursiva y algo temblorosa, dice Mis sinceras gracias. No, Jimmy. Gracias a vos. Y buen viaje. Lo sabías desde hace rato, así que no te va a sorprender: el cielo es un lugar donde nunca pasa nada. 

lunes, 23 de junio de 2014

Meshell Ndgeocello, "Boy"


No hay nada entre los dos/ salvo la sensación de nada

Buenos días lunes, buenos días semana, buenos días invierno. Y también muy buenos días Cretinos. Porque hay un nuevo no programa, y así es como empieza, con este hermosísimo tema del nuevo disco de la afronorteamericana Michelle Lynn Johnson, nacida en Berlín pero criada en Washington DC, más conocida en el mundo musical como Meshell Ndgeocello, un apellido que en swahili significa –o al menos eso es lo que ella asegura— libre como un pájaro. Una de las primeras artistas de Maverick, el sello de Madonna, desde aquellos comienzos en la primera mitad de los 90 hasta ahora, Meshell ya lleva una decena de discos editados, cambiando de sello bastante seguido en los últimos años, y con el soul cada vez más por delante entre la mezcla de géneros que siempre caracterizó una música que, en sus comienzos, supo privilegiar el funk. Pero antes de este flamante y emocional Comet, come to me, Meshell había editado un disco dedicado a las canciones de Nina Simone. El tiempo pasa para todos, parece. Pero le ha hecho muy bien a su música, eso hay que decirlo. Tom es una balada melancólica pero deliciosa, guiada por un redoblante, el bajo que toca Meshell y la delicada guitarra de Doyle Bramhall II, cuyo padre –del mismo nombre—fue baterista de Lightning Hopkins y Freddie King. Oriundo de Austin, Doyle es amigo de Charlie Sexton, y toca en los últimos discos de Eric Clapton y Elton John. Cada acorde de su instrumento en Boy brinda la luz que acompaña al tema, a esta mañana, al comienzo de un nuevo no-programa. Pasen y escuchen. Música Cretina para todos.  

sábado, 21 de junio de 2014

Lou Reed, "Ooohhh baby"


Sos la clase de chica/ sobre la que todo el mundo me advirtió

Durante mucho tiempo tuve Coney Island Baby en un vinilo importado pero roto, al que le faltaba un pedazo, el del primer tema de cada lado. No importaba, aún así –y contra lo que opinaban los reedólogos—siempre me pareció un discazo. Después de todo, se podía escuchar entero esa obra maestra que es Coney Island Baby. Y otros temas fascinantes, con todo un mundo que descubrir. Ooohhh Baby siempre me pareció desde esa guitarra puro Reed destilado, aunque tal vez detalles como ese pianito –que según leo toca nada menos que Lou– haya hecho que sus fans piensen que era un vendido, no lo sé. A mi siempre me gustó Coney Island Baby. En un texto que acompaña la reedición, Lou Reed cuenta que, antes de grabarlo, no tenía dinero ni guitarras. Un manager y su hermano productor le habían hecho juicio, y los plomos se habían quedado con sus instrumentos cuando no recibieron su paga. Además, su último disco era nada menos que Metal Machine Music, que todas las disquerías estaban devolviendo, y su discográfica terminó sacando del mercado en apenas tres semanas. El director de RCA, escribe Lou, era su amigo Ken Glancy, un tipo recto y noble hombre de honor. “Me preguntó si yo le prometía no hacer El hijo de Metal Machine Music. Le dije que seguro. Yo no estaba en otra cosa que no sean problemas. La pesadilla de la traición me torturaba”. Mientras decidían qué hacer con su futuro, un Reed en bancarrota fue hospedado en el hotel Gamercy Park. Era 1975, y la Rolling Thunder Review de Dylan estaba hospedada ahí, esperando comenzar su gira. “Pero mi trueno había sido enmudecido”, ironiza Reed, que en vez de pensar en salir de gira apenas si visitaba al sindicato, abogados y contadores tratando de escapar –cuenta—“del clásico caos que había dejado que me sucediese”. Entre otras cosas, explica, estaba en desacato con la corte y no había pagado sus impuestos en los últimos cinco años. “Entonces Ken Glancy llamó y me dijo: ok, elegí un estudio, metete y hacé un disco de rock. Y eso hice”. Por eso es que suena perfecto al mediodía de un sábado sándwich, atrapado entre un viernes feriado de un lado y el domingo del otro, y con el partido de Argentina colgando sobre su cabeza. Y también cierra orgullosamente el último no-programa, como Cretino mayor que siempre fue, es y será.

viernes, 20 de junio de 2014

Música Cretina 2014 #11

ESTO NO ES UN PROGRAMA

14-6-2014

Lado A

“El tiempo es lo único/ que corre en contra de mí”

1.- Neil Young, Since I met you baby (Ivory Joe Hunter)
2.- Max Capote, Cuando al cielo
3.- Valerie June, Wanna be on your mind
4.- Joe Bataan, I’m satisfied
5.- Lorena Álvarez y Su Banda Municipal, Vieja amiga
6.- Marianne Faithfull c/Kate & Anna McGarrigle, Flandyke shore
7.- Flopa Manza Minimal, El almaherida
8.- Guided By Voices, Inland (She talks in rainbows)
9.- Babyshambles, Maybelline

Lado B

“Yendo de puerto en puerto/ pensando en encontrarte”

10.- Ida Maria, Boogie with the devil’s soul
11.- Axel Krygier, Para que no te fueras
12.- Charles Bradley, Electric victim of love
13.- Half Moon Run, Full circle
14.- Amabis, Um bom filme
15.- Ry Cooder, Teardrops will fall (Dickie Doo and the Don’t’s)
16.- Lou Reed, Ooohhh baby

jueves, 19 de junio de 2014

Joe Bataan, "I'm satisfied"

A pesar del sol, el frío del invierno parece que llegó para quedarse. Y a pesar del frío, en las mañanas hay que moverse. Para eso nada mejor que seguirle el ritmo un tal Joe Bataan, el inventor del Soul latino neoyorkino, para muchos el eslabón perdido entre el Latin Boogaloo y la música Disco. Cuando unos años atrás, después del fin de La Mano, los chicos de La Tribu –que por estos días cumplen 25 años-- me invitaron a volver a hacer Música Cretina, exageré diciendo que sólo lo hacía para tener una excusa para googlear los nombres de viejos artistas preferidos, y enterarme en qué andaban. Pero otra de las razones por las que sigo haciéndolo, no menos importante, es seguir descubriendo música nueva para compartir. Y Joe Bataan es todo un descubrimiento. Leo por ahí que se llama en realidad Peter Nitollano, es hijo de sangre afronorteamericana y filipina, creció en el Harlem Español, y la pegó por primera vez en 1967, grabando un tema llamado Gypsy woman para Fania. Musico callejero antes que cualquier otra cosa, grabó uno de los primeros rap, ayudó a crear el sello Salsoul y hasta tuvo uno de los primeros hits de la era disco con una versión instrumental de un tema de Gil Scott-Heron. Este tema es de Sweet Soul, un disco del 75, y tiene un par de peculiaridades: se lo suele encontrar editado bajo el nombre de Nataab –Bataan al revés--, un seudónimo que utilizaba cuando no trabajaba para Fania, y tiene la misma letra que otro de sus temas, Special girl. Lo que se dice, un auténtico cretino. Por eso suena orgullosamente en el Lado A del Música Cretina de esta semana. Y también calienta este frío jueves del mes de junio.

miércoles, 18 de junio de 2014

Ida Maria, "Dancing with the devil's soul"


Mi madre me dijo/ quedate lejos del otro mundo/ sos una buena y pura chica cristiana

Arranca con el repiqueteo de un solitario bajo con mucha onda, y con un piano malvado entra la filosa voz de Ida María, y ya estoy entregado. Boogie con el alma del diablo es el tema que abre el nuevo EP de una noruega llamada Ida Maria Silverstein, pero que se presenta artisticamente sólo con sus dos nombres, algo muy apropiado aunque seguramente desconocerá todo lo que implican en castellano. Pero sí que le calzan bien, porque María siempre se deja ir en sus mejores temas. Eso fue lo que me llamó la atención a comienzos del 2010, cuando la incluí en la ya habitual lista de descubrimientos del año que preparo para Radar, y seguro que por esa misma razón más de un periodista anglosajón la incluyó en las listas que siempre uso de referencia, harto –escribía entonces-- de tanta melancolía femenina bien marketineada. La acompañaba en aquella lista The Avett Brothers, Kid Cudi y Miike Snow, entre otros, y parece que después de un disco más la muchacha se quedó en silencio, hasta Accidental Happiness, el flamante EP de donde sale esta canción. Acompañado por apenas seis temas con títulos como Ultimo vicio, Malas noticias o 69, parece que el disco hace honor al largo parate, generado por el tiempo pasado en una clínica de rehabilitación. Bienvenida María, entonces, nuestra Ida preferida. Porque ese bajo, ese piano y esa voz son ideales para levantar un miércoles de frío y sol, e ideales también para abrir el Lado B del Música Cretina de esta semana, al que aún le falta para tener que irse.

martes, 17 de junio de 2014

Valerie June, "Wanna be on your mind"


Quiero estar en tu cabeza/ quedarme ahí todo el tiempo

Buenos días martes, buenos días sol de otoño en retirada, buenos días Cretinos. Ella se llama Valerie June, viene de Memphis, y luce unos rulos como de medusa en todas sus fotos de prensa. Dejó de ser una desconocida en año pasado, cuando con la co-produccion de Dan Auerbach de The Black Keys, editó un hermoso disco llamado Pushin’ Against a Stone. Empujando detrás de una piedra, así es como asegura Valerie haberse sentido durante toda una larga carrera independiente, que incluye otros tres discos editados a pulmón, entre 2006 y 2010. Con invitados como Booker T. Jones, Valerie la rompe con un disco lleno de gospel, soul y blues. Y arrasa con este tema que calienta cualquier mañana fría, con su aire de pantano y un groove que no te deja quedarte dormido. Por eso hay que dejar que suene este martes de junio, por eso es que también suena casi al comienzo del Lado A del nuevo, flamante Música Cretina de esta semana, pasen y vean. Y escuchen, che, que no todo es Mundial o Fondo Buitre en la vida.  

lunes, 16 de junio de 2014

Ry Cooder, "Teardrops will fall" (Dickey Doo and The Dont's)


Di vuelta tu foto, mirando hacia la pared/ Y cuando apague las luces en mi cuarto por la noche/ Lagrimas caerán

Mañana de lunes, el invierno se acerca, pero no importa el frío si hay un sol que se acerque a saludar. Y no deja de ser como un sol temas como este de Ry Cooder, de su segundo disco solista, Into the purple valley (1972), que suena desde el labo B del Música Cretina de esta semana. En los ochenta, mucho tiempo antes de quedarse varado en La Habana esperando a unos músicos de Mali que nunca llegaron y se decidiese hacer algo entonces solo con los cubanos, Cooder apenas si sobrevivió haciendo música de películas. Pero pero entre los lectores de revistas de rock por esa época ya era un nombre para venerar, la mejor guitarra slide del mundo, el joven que le armó su primer disco al Captain Beefheart, el guitarrista al que los Stones le robaron el riff de Honky Tonk Women, el tipo que firmaba álbums solistas extraordinarios e ignorados. Todos ellos aparecieron en los 90 en oferta en las disquerías ya en retirada, estaban por todos lados, y a nadie parecía importarle. Into the purple valley es el disco de la prosperidad roosveltiana, el de vamos-a-California, y –como cualquier disco de Cooder, hagan la prueba—está lleno de sorpresas entrañables. Como este encantador tema de un tal Dickey Doo, cuyo original (al menos el que se puede encontrar en YouTube) suena mucho menos interesante que esta extraordinaria versión, entrañable y sutil, desbordante de música. Que suena como el sol de esta mañana fría, resacosa de un apenas aprobado debut mundialista, en el que después de los cinco defensores de Sabella, entró Gago, empezaron los pases y llegó el gol de Messi, su primero en un Mundial después de 8 años. Nada menos. Así que todo está por suceder. Doy vuelta tu retrato hacia la pared, Sabella. Dejalos jugar, que de eso se trata. Sino lágrimas caerán. Una película que ya conocemos. Voy a rezar esta noche/ esperando que me escuches/ tal vez hagas bien lo que está mal/ y seques cada lágrima. Ry Cooder la sabe lunga. No somos dignos.  

domingo, 15 de junio de 2014

Neil Young, "Since I met you, baby" (Ivory Joe Hunter)


Desde que te conocí, nena/ Todo lo que necesito es a vos

Así es como empieza el nuevo, nuevísimo Música Cretina de este fin de semana, con el viejo Neil cantando un clásico aún más viejo. En el video se lo disfruta sentado a un piano hermoso y batallado, de whiskería con pianista al fondo, pero abriendo el Lado A se lo escucha desde su sorprendente y caprichoso nuevo disco, A letter home, en donde --a pesar de tanto proselitismo por un sonido digital de alta fidelidad-- grabó como los viejos bluseros, en un antiquísimo estudio rescatado por Jack White que parece una cabina de teléfonos, y que suena igual. Así es como arranca un no-programa que suena como una anomalía en este domingo tan mundial, una pausa en vez de una continuación. Nada de Música Mundial, Cretina nomás. Y a mucha honra.  

viernes, 13 de junio de 2014

Richard Lloyd, "There she goes again"


Es un camino solitario/ Lo elegí y lo camino solo/ Simplemente quiero alguien que ponga rosas en mi cama

Viernes de frio y sol, viernes de invierno, viernes cretino, ¿por qué no? Ya se viene el nuevo no-programa, no desesperen. Pero antes un saludo al Television que no vimos. Aquí esta Richard Lloyd, grabado en el 2008, haciendo el hitazo que no fue de uno de sus últimos disco solistas. Junto a el, en los parches, uno que si llego al Vorterix: Billy Ficca. Es una grabación en vivo, algo precaria, pero me encanta cuando al gordo se le quiebra la voz antes del acelere final. Lloyd, sos de verdad, no hay caso. Ahí está, abriendo el Lado B del Música Cretina de la semana pasada, desde The Radiant Monkey (2007), su último disco de estudio con temas propios. Y también suena en esta mañana luminosa, que anticipa un fin de semana mundialista.   

martes, 10 de junio de 2014

The Shins, "We will become silhouettes" (The Postal Service)


Tengo un armario lleno de latas de comida/ un filtro de agua y fotos de vos/ y no voy a salir hasta que todo esto termine

Sol de martes por la mañana, ya tengo un nuevo Música Cretina listo, pero antes de subirlo quiero compartir una canción más del anterior. Cuando repaso la lista, me doy cuenta que los temas de los que ya escribí son todos los que invitan a la confianza: It’s alright it’s ok, Vamos tranquilos, Satellite of love. Y los que quedan tienen títulos como Samba do fim do mundo, Sangre de Arachania o Superlógico. Comentarios sobre el antes y después del trágico domingo del rojo. Alguna vez Calamaro me dijo que los temas lo saben todo antes que uno, y a las pruebas me remito. Y dicho esto, prefiero olvidar todo y empezar el día cantando –hasta donde que me dan los pulmones, como dice la canción—sobre gente que explota al salir de su casa, y cuerpos que desaparecen dejando sólo una silueta. Como en Pompeya y Herculano. Como en Hiroshima. O como el domingo en Avellaneda, donde quedamos todos pintados. Claro que los Shins no tienen ninguna culpa, simplemente canturrean un temazo apocalíptico de The Postal Service, un clásico indie, que en el no-programa de la semana pasada cierra el Lado A. Aún nos queda un lado B, mañana en La Plata, noventa minutos para mirar tapándonos los ojos.  

jueves, 5 de junio de 2014

Música Cretina 2014 #10

ESTO NO ES UN PROGRAMA

31-5-2014

Lado A

"Hay un lugar al que quiero ir/ una chica a la que quiero ver"

1.- Primal Scream, It’s alright it’s ok
2.- Polifemo, Vamos tranquilos
3.- Morrissey, Satellite of love (Lou Reed)
4.- Warren Zevon, Tenderness on the block
5.- Andrés Calamaro, Superlógico (Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota)
6.- Chance The Rapper c/Childish Gambino, Favorite song
7.- The Shins, We will become silhouettes (The Postal Service)

Lado B

"Contemplé cada movimiento/ o al menos lo intenté"

8.- Richard Lloyd, There she goes again
9.- Emicida, Samba do fim do mundo
10.- Gomez, Butch’s ballad
11.- Bob Dylan, I went to see the gypsy
12.- Buenos Muchachos, Sangre de Arachania
13.- Karen Dalton, Something on your mind
14.- The Replacements, Waitress in the sky

miércoles, 4 de junio de 2014

Morrissey, "Satellite of love" (Lou Reed)


El satélite se ha ido/ Subiendo hacia el cielo/ Es la clase de cosas que me vuelven loco

Una mañana de lluvia es un buen momento para recordar a Lou Reed. Así fue como lo honró el bueno de Morrissey, apenas se supo la noticia de que el satélite se había ido. Si, Morrissey, el amigo de Pamela Anderson, ¿los vieron en el último video de sus letras recitadas? Mirando Los Angeles desde el techo de Capitol Records. Después de su autobiografía, finalmente Mozz tiene nuevo disco. Pero entre una cosa y la otra, tuvo tiempo para publicar como simple este cover de Lou, con el audio sacado de uno de sus recitales, que incluye una precisa variación en la letra. El original decía Me gusta mirar cosas en la televisión, un guiño a esa ventana a otro mundo que entonces –los 70-- era la que luego nos acostumbramos a llamar caja boba. Después de todo, esa pantallita fue la que a muchos jóvenes británicos les permitió descubrir ese satélite que fue, por ejemplo, Marc Bolan. O el mismo David Bowie, productor del disco donde Lou inmortalizó este tema. Pero desde el siglo siguiente, Stephen Patrick no puede permitirse decir ese verso. No puedo soportar la televisión, canta, y está bien que así sea. En estos tiempos computados, otras son las pantallas hacia otros mundos. Así es como lo canta en este miércoles nublado. Y así suena también en el Lado A del último Música Cretina, ese que pueden dejar sonar, bien lluvioso, apenas a un play de distancia.

martes, 3 de junio de 2014

Warren Zevon, "Tenderness on the block"


No le preguntes cuándo va a volver/ y cuando esté en casa no le preguntes dónde estuvo

Como tantos otros discos, este se lo debo a Alfredo Rosso. Es el segundo –o tercero, o cuarto, las vidas de los músicos de Los Angeles tienen demasiados comienzos—de Warren Zevon, el cachetón nerd de la foto de tapa. La verdad es que Zevon está realmente irreconocible en la portada del disco que lo hizo famoso, al menos en el mundo del pop californiano de la segunda mitad de los 70. Cuando lo compré en Tabú, en una edición local que por acá supongo debió pasar desapercibida (es del 78, año de la fiebre disco), durante muchos años fue un álbum con el que no pude presumir ante nadie. Porque nadie lo conocía. Hasta que empecé a colaborar en Radar, y conocí a Rodrigo Fresán, y también a Juan Forn, que directamente me llamaba Warren, porque aseguraba que me parecía. Romántico estoico, borracho ilustrado, Zevon es un admirable compositor de canciones, capaz de una feroz ironía, pero también de una sensibilidad honesta, nunca sensiblera. El de las canciones de amor de sincero arrepentimiento, pero también de un thelmaylouisismo terminal, yendo hacia el abismo con una sonrisa en el rostro. Tenderness on the block es un gran tema al piano, una suerte de She’s leaving home pero californiano, no hay drama acá, simplemente hay empatía, tanto por los padres como por ella, que tiene un novio que la espera, y si, tal vez no esté preparada. Pero no la podes detener, mi viejo: con los ojos abiertos va a enfrentarse al mundo. Sé cuánto duele verla irse/ pero tiene sus propias ideas/ Ya está grande/ y tiene a un chico esperándola. Warren la escribió con Jackson Browne, otro joven sabio de los 70. Y suena ideal para este mediodía soleado de martes. Y también en el Lado A del nuevo Música Cretina de esta semana.

lunes, 2 de junio de 2014

Polifemo, "Vamos tranquilos"


La onda es que te laves la cara/ Estás sucio por el humo de la ciudad

Buenos días lunes, buenos días semana, buenos días cretinos. ¿Les conté que hay un nuevo no-programa? Casi abriendo el Lado A suena este temazo de Polifemo, aquella banda formada por los músicos que quedaron –valga la repetición-- en banda después del Adiós Sui Generis. Más de una vez contó Rafanelli que la excusa para juntarse fue que Lebón tenía que presentar su disco solista y los sesionistas que había contratado lo dejaron solo, así que le hicieron el aguante. Y les gustó. Y siguieron. Vamos tranquilos es el lado B de Sueltate rock n roll, aquel primer simple del grupo. Y fue el primer tema que compuso Rafanelli, legendario bajista de Color Humano, Sui Generis y Polifemo, entre tantos otros grupos. Un rockito para escuchar al sol de este invierno que ya está tocando la puerta. 

domingo, 1 de junio de 2014

Primal Scream, "It's alright, it's ok"


No me importa mañana/ Si hoy me siento así

Un mediodía de domingo siempre tiene que merecer un buenos días. Mírenlo a Bobby Gillespie, recién despertado. O siguiendo de largo, cual es la diferencia. Esta todo bien, está perfecto. Así empieza el domingo y también el nuevo Música Cretina de este fin de semana, pasen y escuchen. Por culpa de Primal Scream –o de Sony, celosos dueños del copyright—vetaron el no-programa en Soundcloud así que bienvenidos a Mixcloud. La versión del tema que cierra More Light pero abre muy cretinamente el lado A, es acústica, y fue grabada para la BBC. Esta es un poco más eléctrica, para esa maravilla radial llamada Morning Becomes Eclectic. Y ya que estamos eclécticos: ¿No les parece que Bobby mueve las manos demasiado igual que Fito? It’s alright, it’s ok. Tomate tu tiempo, escapate, podés volver si se supone que tenés que hacerlo. Feliz domingo para todos.