Con la granada/ entre las tetas/ mi amor se arrastra/ y se espina allá arriba
Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota son el grupo al que
más veces debo haber visto en vivo. En el Stud Free Pub, en la Casa Suiza, en
Palladium, en Cemento, en todos los reductos donde el permanente deambular
porteño de Patricio Rey llevase a sus huestes. Mas que huestes, entonces éramos
como un club. Debo haberme enterado de la existencia –y el mito-- del grupo por
Las Páginas de Gloria y los escuché por primera vez –recuerdo aquella noche,
cuando pasaron un tema del casette que hoy se conoce como el Demo de RCA-- en 9
PM, el mítico programa que conducían Lalo Mir y la Negra Vernacci. Pero mi
ingreso al club se lo debo a Alfredo Rosso, que desde su disquería Tabú iba
señalando el camino. Siempre había un flyer de los próximos shows pegado en la
vidriera. Alguno terminó en casa y aún lo guardo, un par ilustraron primero el
libro de los Redondos de AC Editora y después los especiales de La Mano. Un
amigo me acompañó a verlos la primera vez (creo que habrá sido al Stud), pero a
partir de entonces siempre fui a ver a los Redondos solo, porque sabía que
dentro me encontraría con las caras conocidas de siempre. Conocidas del pogo,
conocidas de corear los temas que nadie conoce. Como decía el cantito: Somos
todos redonditos, redonditos de ricota. Entre el primer disco y Oktubre, debo
haber ido a ver casi todos los shows que dieron en capital. También le fui
comprando a Rosso todos los cassettes con shows en vivo que ya empezaban a
circular por entonces. Ahí estaban los temas habituales del repertorio de
entonces que no llegaron al disco, y mis preferidos del show: Mi genio amor y
El regreso de Mao. Con el tiempo me enteraría que la música de ambos era obra
de Tito Fargo, y aún hoy lamento que nadie los haya versionado como
corresponde. En un domingo soleado como este, nada mejor que adelantar el
regreso de Mao. Cada vez que escucho aquellos temas de los Redondos, la letra,
los cambios de ritmo, hasta el momento de cada solo, se me aparecen desde no se
qué recóndito lugar de mi memoria. Ahora están, ahora no están. Es algo mágico.
Pero ahora sí están, y suenan a un click de distancia tanto acá como en el Lado
A del último Música Cretina, entre Leon Russell y PJ Harvey. Todos cretinos de
lujo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario