miércoles, 24 de abril de 2013

Luna de Marquesina


Hablé con un tipo y le pregunte cómo hacía para no volverse loco/ Me dijo: “Mirá pibe, no estés tan contento/ Y, por amor de Dios, no estés tan triste”

Ni contento ni triste, entonces. Pero ahí arriba. Bien arriba. Elevado. Que la elevación se vaya a mi cabeza, nomás. Cuando era chico, y escuchaba música solo en mi cuarto, recuerdo dos temas –además de los más colgados de los Beatles, claro—que me servían para sentirme drogado, sin estarlo, ni saber lo que era eso. Uno era The End, de los Doors. El otro era Marquee Moon, de Television. Los temas de los Beatles los dejo de lado en este recuerdo, porque eran un gusto compartido en familia. En cambio, tanto los Doors como Television eran parte de ese mundo que había que descubrir, que estaba esperándome ahí afuera.
Anoche me acordaba de todo esto mientras intentaba corear cada riff de guitarra de los temas de Marquee Moon. Y también quedaba bien colocado en los temas nuevos, especialmente con una especie de ¿bolero raveliano? ¿malagueña? y luego por un extraño ¿vals?, dos de los temas nuevos que sigue estrenando Television, los más lentos del set y también donde Verlaine ya había tomado vuelo, y nosotros también. Vi muchas caras amigas felices. Eso también garpa. “Fue el mejor show de todos los que tocamos en Sudamérica”, me dijo Verlaine en el backstage. Jimmy Rip estaba sonriente y satisfecho. “No les quise adelantar mucho a mis compañeros sobre lo que iba a pasar esta noche, porque no quería generarles expectativas. Pero cuando la gente coreaba los riffs, veía que Tom tenía que hacer esfuerzos para no demostrar su sorpresa”. ¿No escucharon que la gente se quedó casi media hora pidiendo un bis? “Si, pero ya no tenemos veinte años”, me confesó un sonriente Billy Ficca, que se puso serio cuando le confesé haber disfrutado de los temas nuevos. “¿Viste? Es bueno escuchar por primera vez algo que no habías escuchado nunca antes. Pero también reconozco que cuando arrancábamos con alguno de los temas conocidos, incluso ahí detrás de la batería sentía algo diferente en el ambiente. Cada vez que pegaba me parecía que me estaba comunicando con la gente”. Pavada de comunicación hubo anoche en el Vorterix. Extrañé más temas de Marquee Moon, lo confieso. Pero el hecho de haber escuchado, como dice Ficca, música que no había escuchado nunca antes, me hizo sentir vivo y no sólo un prisionero de mis recuerdos. Pero sólo cuando ese carcelero que es la memoria llegó a la cita, la imagen se hizo real y potente. Y el show se reveló como inolvidable. Si, hubo momentos en que los músicos se miraban como si no supiesen con qué seguir. ¡Incluso dentro de un tema! Hubo pifies, incluso algún cambio de tempo al comienzo de una canción, como corrigiendo el pitch. Pero qué importa. Al diablo con la perfección. El pasado y el presente nunca son perfectos. Por eso: no estés tan contento, Pibe. Y por favor no estés tan triste. Y ahora todos: oooh oh, ohoho oh ohoho.

Television en Vorterix, martes 23 de abril 2013

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